Al otro día, el Asesino Anónimo
va como de constumbre a la casa de Ojos Claros, pero tras los sucesos ocurridos
en el cumpleaños de Flash no sabe qué esperar. Él llega, saluda y escucha…
Escucha lo que nunca hubiera querido escuchar.
“Ya no sé si quiero estar
con vos. Creo que va a ser mejor que nos separemos un tiempo. Siento que no te
importo. Cada vez que juega Racing, para vos no existo. Y en todo este tiempo
no bailaste conmigo nunca. Sé que no te gusta, pero… ¿no te acompañé a ver a
Racing un montón de veces? Podrías haber dejado tu egoísmo de lado aunque sea
una vez. Bien o mal, lo que yo quería era estar con vos. Siento que ya no hay
amor de verdad. Que no me querés. No sé… Entendeme”.
El Asesino la escucha. La
mira. Y se va. Y al irse, una lágrima brota de su mirada perdida. Y si esa
lágrima no es amor, diría Bersuit, qué es… qué es…
Snif… (¡Feliz cumple, Berni!)
(Recomendamos leer este
episodio con “Lolita” de Fun People o “Qué no te daría yo” de Alejandro Sanz de
fondo).
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